Como parte de sus proyectos Capstone, los estudiantes de arte de Skyline High School han puesto en marcha proyectos especiales en beneficio tanto de los estudiantes como de los ancianos residentes de Atria, una comunidad local de ancianos. Esta actividad única tiene un doble propósito: fomentar el acercamiento a la comunidad y ofrecer a los estudiantes una visión de la vida de un artista en activo.
La profesora de arte Carolyn Root explicó: "Esta actividad anima a nuestros alumnos a compartir su talento artístico con personas mayores que podrían tener dificultades para decorar sus espacios vitales y experimentar el mundo exterior." Muchas de las personas mayores que viven en Atria tienen movilidad limitada y pasan la mayor parte de su tiempo dentro de la comunidad de Atria.
Los estudiantes comienzan entrevistando a uno de los residentes mayores y luego crean una obra de arte personalizada basada en sus intereses y deseos. "El aspecto más significativo de participar en este proyecto fue tener la oportunidad de escuchar las historias de vida de estos residentes y darles algo que les reconfortara", dijo Lucas Alexander, estudiante de último curso Skyline High.

Las opciones creativas son muy amplias, desde paisajes y retratos hasta tazas u obras de arte temáticas. El proceso comienza con un almuerzo de cada estudiante con un residente de la tercera edad. "La conexión entre generaciones es algo realmente especial", afirma Root. "Nuestros estudiantes tienen tanta creatividad para compartir, y este proyecto les permite tener un impacto significativo en la vida de los demás".
Tras su reunión inicial con los residentes, los estudiantes regresan a la escuela, donde pasan varias semanas investigando, diseñando y elaborando sus obras de arte únicas para sus clientes mayores. "La dedicación y creatividad que ponen en sus proyectos es realmente extraordinaria", afirma Root.
Los estudiantes volvieron a Atria esta semana para la presentación de sus regalos artesanales. Al recibir las creaciones finales, el rostro de cada residente se iluminó con un radiante sentimiento de orgullo. "No puedo evitar emocionarme", expresó Loraine, una residente de Atria. Sus comentarios resonaban con sentimiento, transmitiendo una sensación de asombro ante la meticulosa perfección con la que se había plasmado cada detalle. Cada obra de arte contenía un trozo de su historia, una explosión de su personalidad y un toque de consuelo, creando una conexión tangible entre generaciones.
"Como artista, uno quiere hacer obras únicas y memorables", dice Minh Miller, estudiante de último curso Skyline High . "A veces puede parecer que somos muy diferentes unos de otros, pero tenemos muchas experiencias compartidas. Creo que todo el mundo tiene sabiduría e historias que contar a la generación más joven: recordaré esta experiencia el resto de mi vida y espero que ellos también la recuerden."