Un grupo de cinco estudiantes de Altona fue seleccionado como ganador del desafío TechRise Challenge de la NASA de este año. El NASA TechRise Challenge es un STEM diseñado para estudiantes de sexto a duodécimo grado con el objetivo de inspirar el descubrimiento global. Al participar en el desafío, los estudiantes crean y prueban sus soluciones innovadoras para la exploración espacial y el estudio de la Tierra. Además, adquieren experiencia práctica en el diseño de cargas útiles y el proceso de pruebas de vuelo, lo que les permite comprender mejor la exploración espacial, la observación de la Tierra, la codificación, la electrónica y la importancia de los datos de las pruebas.
Stephanie Basile, profesora de tecnología Altona Middle , seleccionó el desafío TechRise de la NASA para el curso «Diseño para un mundo mejor» de la escuela, con el fin de que los alumnos tuvieran la oportunidad de participar en una iniciativa auténtica que hiciera hincapié en la colaboración. Aproximadamente 50 alumnos de séptimo y octavo curso Altona Middle trabajaron juntos en grupos de cuatro para elaborar sus propuestas para el desafío TechRise de la NASA. «El entusiasmo de los alumnos por presentar su idea del módulo de aterrizaje refleja su confianza en el impacto potencial que podría tener en futuras misiones y en la concienciación pública sobre la exploración lunar», comentó Basile.
El NASA TechRise Challenge encargó a los estudiantes el diseño de un experimento científico o tecnológico que fuera adecuado para ser probado en un vuelo en globo a gran altitud patrocinado por la NASA o en un módulo de aterrizaje propulsado por cohetes. Su experimento, denominado «Full Model Moon Mission» (Misión lunar con modelo completo), fue seleccionado para ser probado en un módulo de aterrizaje propulsado por cohetes.
Durante el proceso de propuesta, los estudiantes profundizaron en las complejidades de la superficie lunar, estudiando los descubrimientos humanos existentes y las investigaciones científicas y astronómicas en curso. Adquirieron conocimientos sobre microcontroladores, sensores y los diversos tipos de datos que pueden registrar y proporcionar. Al participar en el proceso de diseño, los estudiantes desarrollaron una pregunta científica y perfeccionaron su experimento para estudiar la Luna.
«La capacidad de los estudiantes para trabajar juntos a la perfección, formular preguntas perspicaces y esforzarse al máximo me ha llenado de orgullo y me ha hecho sentir muy ilusionado por la siguiente fase del viaje», expresó Basile.
