Este año escolar, Fall River Elementary un club de ajedrez en su oferta de actividades extracurriculares. Con su pasión por el juego y su deseo de ayudar a crear un espacio en el que los alumnos puedan prosperar, el director Quinn O'Keefe creó el club para ayudar a los alumnos a desarrollar su pensamiento crítico y sus habilidades de planificación estratégica.
«Cuando era profesor, siempre observé un interés por el ajedrez entre mis alumnos de quinto curso», explica O'Keefe. «Llevaba bastante tiempo pensando en crear un club de ajedrez en Fall River y, este año, por fin lo he conseguido. Se trata de ofrecer a los niños un espacio en el que desarrollar su confianza y alcanzar el éxito más allá del deporte».
El club acogió a alumnos de tercero a quinto curso y se reunía los martes y jueves después de clase. El interés por el club de ajedrez fue abrumador: 55 alumnos solicitaron plaza para cubrir las 20 disponibles. Debido a la gran demanda, la escuela amplió el espacio disponible.
Además de infundir confianza, O'Keefe destacó los beneficios académicos y sociales del ajedrez. Él cree que el juego sirve como una poderosa herramienta para perfeccionar la concentración, la perseverancia y las habilidades de pensamiento crítico, todas las cuales son transferibles al éxito académico. «Una de las lecciones clave del ajedrez es la importancia de la concentración», afirmó O'Keefe. «Es una analogía directa del esfuerzo necesario para tener éxito en lo académico».
Durante el primer año del club, hubo muchos momentos memorables; sin embargo, hay uno en concreto, en la final del campeonato, que dejó una huella imborrable en O'Keefe. «Dylan Kupper, un alumno de tercer grado, se enfrentó a Max Romero, un alumno de quinto grado, en un emocionante partido por el campeonato», relató O'Keefe. «A pesar de las dificultades, Dylan se mantuvo firme y logró un empate en el primer partido gracias a su estrategia. Fue una prueba del poder transformador de la dedicación y el esfuerzo».
Los estudiantes asumieron diversas funciones para apoyarse mutuamente durante el torneo y crear un ambiente acogedor. Algunos se centraron en la estrategia, planificando cuidadosamente sus movimientos, mientras que otros animaban a sus compañeros de equipo durante las partidas. «Me encanta formar parte del club de ajedrez porque se trata de divertirse y disfrutar de una actividad estupenda», comentó Dylan. Max se hizo eco de los sentimientos de Dylan y afirmó: «Para mí, el ajedrez no es solo un juego, es una oportunidad para pensar estratégicamente. Poder participar en seis partidos para llegar al campeonato fue difícil, pero todo es realmente emocionante».
